¡La música! Es capaz de evocar emociones
intensas, es nuestra máquina del tiempo personal y es que una canción puede
transportarte a un momento específico o una época entera de tu vida y traer de vuelta
todas las emociones relacionadas con ella. Quién no ha cantado a todo pulmón
con sus amigos, en un concierto o solo mientras maneja. ¡Ay la música!
Pero
como bien lo dice el título de este post, nos enfocaremos en la música de
películas. Cuando veo los premios Oscar, me encanta ver quién va a ganar a Mejor
Banda Sonora o Mejor Canción Original y es que se necesita un gran talento para
lograr el match perfecto entre la historia y las emociones que la música nos
hará sentir. Se necesita un genio para que con un par de notas musicales nos
adentremos en la historia que estamos viendo.
Para
un caso en particular cuando me refiero a un par de notas, es literalmente un
par de notas. Jaws o Tiburón en español ganó el Oscar a Mejor
Banda Sonora en 1975 y no podía ser de otra manera. La composición de JohnWilliams y esas dos notas introductorias en el tema principal “Jaws Theme”
ponen la piel de gallina, el peligro anda rondando y está a punto de atacar. Me
imagino que la musiquita estaba en la cabeza de las personas que vieron la
película en la época de estreno la primera vez que se metieron al mar luego de
ver esta cinta y a quién no le han hecho la broma de gritar ¡TIBURON! en la
playa.
A
Williams también le debemos los temas de E.T.,
Jurassic Park, Harry Potter, toda la saga de Star Wars e Indiana Jones,
entre las más famosas. Realmente un genio.
¿Quién
no ha subido escaleras al ritmo de “Gonna Fly Now”? Este tema de la película Rocky interpretado por Bill Conti, se ha
vuelto obligatorio en entrenamientos, eventos deportivos y cada programa de tv
en que un personaje entrena. Todo el que ha visto la película o por lo menos la
escena de entrenamiento de Rocky Balboa, asocia la canción con el trabajo duro
y hasta dan ganas de salir a correr un rato.
Una
melodía con nostalgia, triste, casi fúnebre es “El vals del Padrino”. La
composición de Nino Rota está tan presente a lo largo de la película (El Padrino) que es como un personaje
más.
Algo
similar sucede con “Moon River” en Breakfast
at Tiffany’s. La canción de Henry Mancini y Johnny Mercer la podamos
escuchar a lo largo de toda la película en diferentes ritmos conforme la escena
lo dicte. Así podemos escuchar la versión de orquesta en la escena inicial de
créditos, la versión acústica de Audrey Hepburn cuando la canta en su balcón y
hasta un cha-cha-cha durante una fiesta.
Hay
tantas películas que no hubieran tenido el impacto que tuvieron sino hubiera
sido por su música. ¿Alguien se imagina la escena de la ducha en Psicosis sin la música de BernardHerrmann? Seguramente no hubiera puesto los pelos de punta a los espectadores
como Hitchcock quería.
No hay comentarios:
Publicar un comentario